I
En un mundo desconocido
el fuego y sus llamas fundieron mi alma
Entonces cierro mis ojos y lloro
porque no entendía que me incendiaron para vivir,
entonces cierro mis ojos y lloro
porque esta vieja carne se pudre al latir
Entonces cierro mis ojos
y lloro
porque han florecido mis alas
y al fin plantaran la semilla con la que nací
II
Lo etéreo cobra vida
mis miedos rejuvenecen
Otorgué una voz a la oscuridad
para encontrar sentido a mis pesadillas,
callada y sepultada
me postré al silencio
y fuimos cómplices por largo tiempo
Sin saber a dónde pertenecía ahora
abandoné mi antiguo cuerpo,
conté sus lunares
y los devolví al cielo junto a las estrellas
Mi madre la Luna ahora llora
cristales de sal brotan en sus ojos,
uno a uno caían
uno a uno salaron la mar
III
Vacío este envase
en un mundo al que no pertenece
mi madre lamenta la lucidez del espejo
cuando ha descubierto su propia ignorancia
Entonces se cree Dios
inherente a los cambios
con la sabiduría en la boca
escupiendo al mundo su desvarío
sepultado en cada verso
creyendo que sus ojos son sus ojos
y sus manos sus ojos
y todo lo observa
todo lo piensa
porque imagina que ha despertado
cuando en realidad solo ha soñado
con los antiguos lunares
que guardó junto a las estrellas