La casualidad de volver a sentir afecto

En un instante pasé del camino al abismo,

ahí caí y sentí lo que en tanto no había podido.

Dos luces se han presentado

y ante ello me he entregado.

Soy una con mi dolor, 

pues he nadado entre mis memorias por largo tiempo. 

Es un sonido, el cielo, las nubes y la suerte

un suceso, el evento al cual has llegado

después del medio día

vacía como la idea que lo contiene todo...

Uno es dos, 

dos es uno. 

¿Qué tipo de ideas cruzan por tu mente cuando me observas?

El alma susurra destellos dorados 

y escucha los colores del mundo.

Lo inexplicable, lo demente, lo maldito

lo bello y lo triste 

todo aquello de lo cual una idea es capaz de emanar.

Silencio

Una catarsis, el pensamiento, la práctica del escriba,
un halo de luz sobre sus hombros y el corazón en la mano.

Todo dando vueltas

todo derrumbado,

es su peso y el silencio

de las voces que ha callado.

[Borrador I: Los cuentos de Igvir]

      Cuando abrí mis ojos, solo vi oscuridad. En este espacio comprendí lo que soy, lo que fui y lo que seré, pues solo así mi verdadero nombre resurgiría al hablar de aquello que fue oculto en lo profundo de mi alma, esperando a despertar en millones de fragmentos que también han escuchado el sonido azul. 

     En este momento soy una idea. La similitud entre el abismo y la contemplación, una bofetada a la realidad, un millón de dientes volando sobre una mesa de roble que flota entre las nubes. ¡Cuidado! se acerca un tigre que trae a la luna sobre sus ojos. 

Ruge tan fuerte que el sonido me desorienta y otra vez estoy aquí. Convertida en la ilusión del velo con una forma humana... Es el año 647 después de Tera, el terremoto que colapsó las capas de nazca en la Tierra y que originó una catástrofe mundial obligándo a los sobrevivientes a huir a la Luna. 

Continuará... 

[Idea borrador: poema épico]

Intentar escribir sobre el paso del tiempo:

dentro de espacios amurallados, que separan fronteras, que separan los pensamientos...

Vivir parada sobre una rueda, manteniéndose a flote y de pie sobre el mundo,

esa

es la idea más cercana a la quimera de los cuatro dioses. 

Entonces, cuando fui llevada ante la corte que era precidida por Júpiter y Juno, 

me di cuenta que estaba siendo observada  por gigantes.

Diminuta e implacable, fui testigo de una gran maravilla

pues como el lugar del cual provengo alberga magia antigua

mi elección había sido predestinada antes de nacer...