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sábado, 26 de enero de 2019

La radicalidad es la espesura del sentimiento, del espejo del alma, del discípulo del corazón del manual de los espejos, de las figuras de las palabras, del espejo, de la carne, de la SANGRE, como filos de espadas, que son como estímulos de la espesura del pensamiento. Fin, He dicho una persona. ¿Cómo? no puedo decirlo, fin. Muero. Carne. Pienso. Fluyo, en, palabras. YO. Soy espejo del alma. Fin. He muerto. Mírate, mira tu rostro, eres tú. Como palabras. Fines de destellos, he dicho. Más.

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domingo, 13 de enero de 2019



El miedo se vence. Se vence con las palabras. Gracia divina del encuentro entre la soledad y el abismo de la mente.

Comienzo (?)

Julia tomaba mi mano. Tomaba mi mano Julia. Querida Julia. Ambas manos eran las manos más bellas que podría haber sentido cerca de mis palpitaciones. Hoy, es un día ténue. La brisa de la mañana se siente dulce. Como tus labios. Como tus manos. Querida Julia. Te he visto en sueños. Te he sentido entre los escombros de mi nombre. Que no es nombre, ni seudónimo. Te he apodado de maneras inconcebibles, solo por el deseo de verte partir dentro de aquél bosque que llamas casa. Porque eres hogar. Eres tinieblas. Eres Julia. Que no es más que el nombre inventado por este hombre mal portador de noticias. Que no es capaz de abrir la mente. Su corazón. Vaciar las letras parece imposible cuando inventas tu historia. Tu hogar. Mis manos. La suavidad. Son recuerdos anidados en sueños, donde la utopía parecía  la constante más idónea del sufrimiento. Fui pequeño, fui gentil. Hoy me amanezco pensando en tus palabras, en tus manos, que no dejan de ser constante, lo repito. Porque eres Julia. Eres mi Julia. Y tengo miedo. Tengo miedo de mí. Porque solo yo sé cuanta obsesión puede fruncir mi ceño. Lo más remoto del abismo puede caer de la noche a la mañana. Juntos podríamos permanecer callados, en esa eternidad que como a todo el mundo, seduce de madrugada. Preparar las tazas, y tomar un café. No. Lo había olvidado. Dejé de fumar. Y una cosa lleva a la otra. Julia. Si es que así puedo llamarte, he ocultado tu identidad con el único fin de poder escribir estos lamentos de manera deliberada. Porque no sé quien soy. No sé como vivo, ni cómo como, si es que lo hiciera. Porque todo mi mundo de vuelve ante ti. Y tengo miedo querida Julia. Tengo miedo de mis obsesiones. Y de las constantes de pensamientos que tengo de madrugada. Podría alabarte pensando que toda rosa merece ser cortada. Podría tomarte por furia cuando eres pasividad. Voy a escribir un poema para ti. Y se compondría de la forma básica de aquél que sufre por lo insufrible, cuando era joven por ejemplo, y la mamá de la primera niña que me gustó me llamo el insufrible. Pero no sabía, no sabía quién era yo. Porque solo ven carne. Ven piel. Ven todo lo que hay afuera de la esencia. No puedo nombrarte sin pensar en tu alma. Que es la composición más bella que pudo permanecer dentro de ese humano que junta sus manos y dice "tienes unas actitudes tan extrañas". Sí. Lo siento Julia. No es mi culpa. Los anuncios me hacen pensar que deseo escapar del mundo. Y tu me ayudas a no desistir de ese abismo en el que me encuentro. No eres materia. Eres espíritu. No eres de grietas ni composiciones, eres la mente. 

No es que las cosas cambien

No es que me detenga a pensar en las gotas de lluvia, ni mucho menos que me haga humo en contra de la brisa. No es que tenga decenas de pensamientos que me atormenten, ni tampoco que me hunda en mis propias emociones. Tampoco es que a medida que crezca me vaya convirtiendo en mi propia conciencia. No es que tenga el espejismo. No es que me refleje en la hiedra. No es que brote como las semillas que he germinado en invierno. No es que junto a mis pesadillas y mis miedos luche. No es que tenga la necesidad de sentirme idolatrada frente a mi propio deseo... es que el agotamiento de las causas perdidas me genera la sensibilidad para forzar el encuentro conmigo misma.

reinterpretación

La casualidad de volver a sentir afecto

En un instante pasé del camino al abismo, ahí caí y sentí lo que en tanto no había podido. Dos luces se han presentado y ante ello me he ent...