No es que tenga decenas de pensamientos que me atormenten,
ni que me hunda en mis propias emociones cada vez que sienta mi complejidad
Tampoco es que a medida que crezca me vaya convirtiendo en mi propia conciencia
No es que tenga el espejismo,
no es que me refleje en la hiedra
no es que brote como las semillas que han germinado en invierno
no es que junto a mis pesadillas y mis miedos luche
no es que tenga la necesidad de sentirme idolatrada frente a mi propio deseo...
Es que el agotamiento al que llevan las causas perdidas
me genera la sensibilidad para forzar el encuentro conmigo misma
Aunque sea lluvia por dentro
y mis labios se pudran
y mi ojos no existan
y mis dientes se quiebren
y mi rostro no exista más:
Me pertenezco
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