llevo albergando bajo la almohada
mil ciento once lágrimas perdidas
que buscan volver a casa
porque estoy cansada de esta tierra
de este mundo
y sus humanos
Intento no sentirme triste por abandonar mi hogar,
yo decidí venir aquí.
La perdida me parece tremenda,
a menudo recuerdo mi infancia en la tierra
y volvían a mí los recuerdos del alma...
amar con la unión infinita de la comunidad
a todo aquél que habitaba nuestro espacio...
En este plano los humanos no aman
no saben hacerlo
luchan constantemente contra sus deseos
sus aprehensiones
las dependencias y el dominio sobre el otro
intentan aprender a soltar
porque en su naturaleza egóica el dominio
y la conquista estuvo primero
Se comportan como gérmenes, bacterias,
se propagan
y apagan cada día más la luz de su madre
En mi condición actual, también peca una de mis partes
y agradezco aquélla luz de conciencia que se quedó de mí
y que sale a la luz cada vez que el conflicto interno surge
Intento entenderlos, amarlos y ayudarlos
pero vuelvo a sentir desesperanza sin darme cuenta
Gracias por visitarme en sueños
entiendo que mi verdadero hogar no es aquí
y que pronto estaremos juntos
pero antes,
debo cumplir la misión que me han encomendado
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