La inercia de dos cuerpos
que se toman y se envuelven
se miran y corrompen
entre suspiros y el polvo añejado en sus pestañas
Se conforman entre furias habitables entre sí
porque es la pena el sentimiento que acompaña
de aquellos años en los que sólo el sufrimiento era parte de sus vidas...
Tumbados ambos,
encuentran en el otro su propio escondite
aquél más cercano
aquél que no lastima
aquél que entre su simpleza
se torna cálido sin necesidad de los rayos del sol
Hoy, ambos cuerpos
se han atrevido a desprenderse
de aquella piel a la que creían pertenecer
sólo ellos
conocen su dolor
sólo ellos
conocerán la intimidad que alberga el otro
No hay comentarios:
Publicar un comentario