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sábado, 27 de julio de 2019

Qué es lo que muevo cuando me muevo

No es la sal bajo mis pies
ni mis plantas en tierra seca
no son las láminas de vidrio
ni las flores de mis cabellos,
qué es lo que muevo cuando me muevo...
¿los rostros que llevé conmigo
o los muertos junto ellos?

Otra cosa,
cada gota cae en el lugar correcto

Me impregno de rumores
de sentimientos
desvisto mi alma al precipicio
y me entrego en la poca cordura que ya manejo

Y repito
¿qué es lo que muevo cuando me muevo?
jalándome el cabello
pudriendo mis piernas
adornando mi vientre
lamiéndome el alma
como la perra muerta que un día fui
como el escupo al cielo del que nací

¿Qué es lo que muevo cuando me muevo?
¿Qué es lo que muevo cuando me muevo?
¿Qué es lo que muevo cuando me muevo?

(...) la herida humana que nadie cura.



domingo, 23 de junio de 2019

1:44 Narrativa de espejismos

     Hubo un tiempo en que los roces y las formas temblaban de ardor, entonces se comportaban silentes la una frente a la otra. Cuando llegaba la madrugada se escondían de los ojos que podrían mirarlas, porque cada destello de luz resignificaba sus verdaderos cuerpos y sacaba a entrever la sombra que guardó cada una en sus redes. 
      Creían que la calma de un espejo era su calma, y la fuerza de sus manos, la fuerza de todas las manos. La carne siempre buscó desprenderse del deseo para proteger su espacio de brotes que pudieran generar más daño del que ya traían. Siempre fueron conscientes del precio de su creación divina. Siempre fueron conscientes de que no existe la expansión sin dolor. Que no existe el roce sin temblores y que no existe el placer sin una turbulencia de espejismos. Los espasmos siempre consumieron sus carnes, a donde quiera que vayan, incluso habiendo reconocido la verdadera cara del tiempo y sus múltiples trampas al caminar. 

miércoles, 19 de junio de 2019

Soportar

Ligeramente, acontecida de espasmos y fiebres en mi cuerpo
me he tendido al pensamiento que alberga mi mente,
las palabras suenan dulces, tenues, de a poco calladas
y casi mías, esta vez mías...

No hay espejismos que puedan albergarme ahora,
no hay escape que pueda llevarme a casa
no existen las manos que me sostengan
ni las alas para comenzar un nuevo vuelo

Huí de mis formas, de las extensiones que creé en espejos
froté mis labios contra el pavimento
y caí de pie a pesar de todo

Aturdida,
irremediablemente aturdida
me he comenzado a vestir en la cama,
he creado un camino de flores para no tocar el hielo
he dejado en el piso rastros de mis días anteriores,
para retomar la historia cada vez que me pierdo


jueves, 13 de junio de 2019

Creo en un mundo posible

 Luz a la verdad a través de la palabra
 Piensa en metáforas de cabellos azules y suaves notas de resina en la piel
 Come dulce y salado, frota la mano con fuerza sobre mi lomo
 No pienses en ojos ni pestañas, crea un mundo posible
 Sueña que estás despertando para encontrar la araña teñida de rojo
 y luego respira, y botas el dulce de golondrinas que hicimos como enredaderas entre mis piernas
 Huidobro me crea el ensueño
 y yo le digo
 que no hay palabra que pueda pensarle mejor que el ahora 

domingo, 2 de junio de 2019

Entrada vacía

¿Qué se supone debo decir cuando me preguntan cómo me siento?
¿Puedo hundir mis manos entre mis piernas y mencionar lo irritable que me pone el clima?

Quizás las voces, los golpes, las monedas y los cambios del repertorio de la memoria que quise seleccionar para un día como hoy, son la causa de estas palabras...
Quizás he dejado gritar demasiado a la conciencia, quizás he manifestado demasiado mis emociones. Quizás... he perdido la batalla. He dormido y me he levantado. No tengo capacidad para derrotar a nadie más. No soy capaz de mirarme al espejo y reconocerme. No tengo ideas. No tengo voces. Me he quedado sin habla. Me he quedado en mi propia miseria.

El único signo de vida se encuentra en la carne. El color de la materia. El sonido del dolor. Gritos y llantos que no se callan.
Y las voces... las voces en mi mente que no me dejan escapar, me obligan a jalarme el cabello. A ver la vida detrás de un cuerpo adormecido. La voz de la fuerza que impulsa el rojo como un río a través de sus formas. Las manos y las piernas, líneas de sentimientos y emociones reprimidas.
La única manera de reconocer mi sufrimiento es cuando el rojo brota de las máscaras. De las siluetas, de los Mantras, que se alojan en mi mente y no se callan jamás.

domingo, 26 de mayo de 2019

Bruma del pensamiento

     No sé como rescatar mis manos de la tierra. No sé como tumbarme en la almohada y perder la necesidad del pensamiento. No puedo dejar de rastrear mis manías, contarlas, una por una, dos por una, tres por una, cinco y cinco, tu figura y el silencio por el que decidiste optar.
Fui fugaz y pequeña. Tengo las piernas dobladas del sentimiento que me provoca la pérdida de algo que nunca tuve, pero que recuerdo... 
Existe la ligera coincidencia. Existen las formas que dan espacio. Existe el amor. 
Podría volverme loca fácilmente si así lo quisiera.
No entiendo mis ideas. No entiendo mis manos ni  mis ojos, mucho menos a mi corazón y ese dolor en el pecho que se aloja muy cerca de él cuando vienes y te alejas.
Nunca he sentido con tanta incertidumbre. Nunca he vivido entre el límite que me ofrece una pausa antes de la esperanza... 
     No soy capaz de recordar lo que es la alegría de la correspondencia. He vivido sola. Una en mil cuerpos con las flores brotando desde el silencio. Desde la pérdida de lo que no se conoce, desde la complejidad de sentirse pasmada ante la interacción de un cuerpo. 
He huido de mis propias cadenas, de mis propias cruces. El fin de la escena no termina en casa; el fin de la escena se queda en casa, inventando excusas para alimentar con pensamientos a todos los fantasmas que se han tejido en mis propios sueños.  

jueves, 23 de mayo de 2019

Rastro. (narrativa, 2)

     En ese entonces, sentí que era preciso hacer hablar a mi alma. Sentí que el cuerpo cae, y que luego ahí en el aire ya no hay precipicio para sostenerlo. En ese tiempo, sentí caer las lágrimas. Mis manos frías, y mi tiempo presente acabando. 
Pude ver tu rostro entre las murallas que fueron construidas por personas y sus diferentes egos. Pude sentir tu presencia cada vez que escuché el apego emocional a una melodía de manecillas de reloj. Sentí tu aroma, tu piel y tu tacto sobre la almohada vacía. 

     Hoy tuvimos un día de sol. He pensado en sacar la foto en el momento y el lugar adecuado, pero no tuve suficiente valor. Pensé en la silueta que corresponde al mago, en los armarios vacíos y las historias que jamás te contaré, pero que confieso, pienso a menudo. No es novedad hablar a solas. Pensar supuestos. Jalarme el cabello. Morderme la lengua. Rasgar mi ropa. Quebrarme las uñas. Hundirme en mis emociones...

     Me suspendí automáticamente el grito y el llanto. Me suspendí las restricciones de no sentirme suficiente. Y de pensar que mi cuerpo no es cálido. Me he suspendido de mi resistencia a creer que no valgo. Y me he dispuesto a creer en mí. Puedo ser honesta cuando vacío la mente. Puedo ser resistente a la lluvia, incluso cuando brota de mis ojos. 

martes, 21 de mayo de 2019

Huele a humo


De la nada dos diferencias:
una entre mi carne
otra en nuestras carnes

Huele a espasmos, huele a muerte. Huele al miedo que paraliza tus músculos mientras mi lengua avanza. Primero una parte, luego otra. Ambas juntas después del almuerzo.
Buscaste razones para dejarme aquí, es imposible permanecer callado. Lo entiendo. A mí tampoco me gusta permanecer en tu sombra cuando avanzas.

martes, 14 de mayo de 2019

Vuela una noche extinta en el pavimento

Huyo de la fuerza de mi corazón para hablar de forma certera sobre el espectáculo que ofrece mi alma.  Aquélla noche, mi cuerpo atolondrado respondía incluso a las gotas más débiles. Al suspiro más alejado. A las manos maestras de un sueño que no se escapa de mis cabellos.
Aquélla noche, pude hundir mis mártires al cielo del alma. Tomar la copa de fuego y verterla para morir. Quemar la culpa. Extinguir la pena. Brotar desde diferente tierra y diferente cuerpo.
He sentido la complacencia de una forma. He sentido, cómo lastima el fatalismo. Las inercias. El hostigamiento. El desencanto. La cuadratura entre Venus y Neptuno de golpe en la ilusión que a veces llamo vida.
De vuelta casa, existen también las personas. Existen sus cuerpos danzantes de forma contenida. Bailan sin saberlo. Sienten sin reconocerlo. Mortifican a sus muertos huyendo de sus propias justificaciones. De vuelta a casa, los faroles de luz se iluminan. Largas luces que miden mi peso. Pero esta vez soy ligera. Mi cuerpo ha cambiado de forma. Llevo dentro nueva vida. Nuevos rostros y linajes de misericordia. La calle se hace angosta. Y en mi mente, han comenzado a extenderse las raíces del pensamiento. Mi casa, mi cama, mi otro cuerpo que me espera, me pregunta que he hecho en mi propia ausencia. Y entre hilos de palabras, he tejido la mejor mentira:
- Esta vez será diferente, lo juro.

lunes, 6 de mayo de 2019

 Necesitaría mil voces para volver a casa, y aún así seguiría sin entender cuál de todas me pertenece.

jueves, 2 de mayo de 2019

Guión preliminar. Texto sin nombre. Forma futura. (ensayo de personajes) 1

-Canta, silva, maúlla -tomé su brazo y lo posé sobre mi rostro húmedo-. Canta, ríe, recuerda -cada vez su respiración se hacía más lenta, y entre jadeos, jamás dejé de rogar que siguiera mis instrucciones-. Canta, piensa, maúlla. Llora -lo hacía, estaba ahí y no había vuelta atrás, todo terminaría pronto-. Vuélvete nada. 

-No puedo. No puedo ser nada.

-Claro que puedes -en un suspiro mis dedos sobre su vientre. Mis dedos dentro de un nido. Mis dedos tocándole el alma para morir-.

-¿Qué sabes tú? -rogabas compasión, lo recuerdo. Pero siempre supe que lo sentías, y que siempre quisiste estar ahí, así. Con la muerte y el deseo liberando tu alma torcida-. 

-Lo sé. Porque lo digo. Lo sé, porque lo siento. Lo sé, porque soy tu carne.

-Cántame. No pares. 

-Sí.

-Canta y maúlla para mí.

-No puedo contenerme.

-Toca mis formas.

-Sí.

-Vuélvete velo, luz, color y sombra.

-Soy...

-Soy...




reinterpretación

Vulnerabilidad

 Luz que anidas en mi pecho suave forma envuelta de oro un pulso radiante que palpita  protegido de su entorno. Un dos tres miradas posando ...